El Passivhaus, o casa pasiva, es un estándar de construcción nacido en Alemania en los años 80 que se ha ido extendiendo por el resto del mundo. Combina un elevado confort interior con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible, gracias al máximo cuidado de la envolvente del edificio y a un sistema de ventilación controlada.

Los edificios Passivhaus consiguen reducir el 75% de las necesidades de calefacción y refrigeración. Son unas construcción con un coste energético muy bajo.

Aunque este modelo arquitectónico se aplica principalmente a edificios nuevos, puede ser utilizado para renovaciones o rehabilitaciones.

Estas edificaciones se sirven del calor desprendido por el sol, el generado por los ocupantes de la casa, por los dispositivos domésticos y el recuperado del aire de desecho.  Durante todo el año mantiene una temperatura interna confortable, entorno a 20ºC, 21ºC.

El diseño de estas edificaciones necesita eliminar el fenómeno llamado «puente térmico» que ocurre cuando la temperatura de un material se transfiere a otra por contacto físico.

Están diseñados para ahorrar, y para ello tienen en cuenta estos principios básicos:

  • Excelente aislamiento térmico
  • Ventanas y puertas de altas prestaciones
  • Ausencia de puentes térmicos
  • Hermeticidad al aire
  • Ventilación mecánica con recuperación del calor.