Mantenimiento del tejado
Cada clase de tejado requiere un tipo de cuidado, pero todos precisan de cierto nivel de atención, por lo que invertir en su mantenimiento (limpieza, impermeabilización, inspección) alargará la vida de cualquier tejado, con el consiguiente ahorro de futuras reparaciones.
Si nuestro tejado, a la vista de estos tres factores, está dentro del periodo de su vida útil (por ejemplo, un tejado de uralita de 10 años con mantenimiento medio) merece la pena conservarlo. Si, por el contrario, la cubierta ya ha amortizado su ciclo vital o está cerca de hacerlo (por ejemplo, un tejado de madera de 50 años con nulo mantenimiento), es el momento de decirle adiós y construir un tejado nuevo.
Cuando a una cubierta todavía le queda vida útil, siempre será más rentable reparar el tejado que sustituirlo, a la vista de los problemas que vaya acusando (sobre todo goteras y humedades). Es conveniente emprender la reforma lo antes posible, para evitar que el daño pase a mayores.