Fachadas ventiladas: edificaciones protegidas

Las fachadas ventiladas permiten a las edificaciones protección ante los agentes atmosféricos externos, pero produciendo diferentes efectos en función de la estación del año y las condiciones climatologías.

En verano, gracias a la corriente renovadora de aire frío que generan en su interior, evitan el recalentamiento de los paramentos exteriores de los edificios impidiendo que las temperaturas en el interior del edificio se eleven.

En invierno, esta tendencia se invierte y es el edificio el que trata de calentar el aire exterior.

Otros agentes como el viento o la lluvia que golpean en las fachadas ventiladas impiden que contacten con los paramentos del edificio evitando así patologías de la construcción tan habituales como humedades por filtración, envejecimiento de materiales, etc.